La racionalidad en la enseñanza de la educación física
El pasado 7 de octubre se nos plantearon estas dos situaciones en clase:
a) Problema: ¿Cómo actuarías en el caso de Juan?
Juan es profesor de segundo de ESO. Tiene problemas en enseñar a María a batir en el salto de longitud y, concretamente, a enseñarle a transformar su velocidad de desplazamiento en impulso vertical. María es muy veloz y potente, pero no consigue talonar correctamente, lo que le impide elevarse lo suficiente en la batida como para trazar una adecuada parábola en el vuelo.
b) Problema: ¿Cómo actuaríais en el caso de Marta?
Marta ha planteado en su clase de segundo de ESO. un ejercicio de bote en el que todos sus alumnos y alumnas deben intentar quitarse la pelota unos a otros. En un momento dado Juan rompe la armonía de la clase con un estruendoso lloro. Juan acusa a María de haberle robado la pelota y de insultarle llamándole “gordo”. Marta sabe que Juan es un chico con muchos problemas afectivos ligados en gran parte a su falta de autoestima corporal… En efecto, Juan está gordo y a menudo el resto de sus compañeros se meten con él. Marta sabe también que para Juan la clase de educación física es un suplicio, especialmente cuando debe mostrar su (in)competencia en público; prácticamente no hay clase que no interrumpa quejándose. Juan despierta en Marta sentimientos contradictorios: por una parte es sensible hacia sus problemas pero por otra está un poco cansada de que siempre la esté “incordiando”. Por su parte María, la alumna acusada por Juan, es una chica inquieta y vivaracha, y mucho más desarrollada físicamente que el resto de la clase. Marta no ha oído ningún insulto, aunque ve que en efecto María, tiene dos pelotas y Juan ninguna. Pero, en definitiva, eso era lo que ella había mandado que hicieran…
Empezamos a tratar estos problemas intentando dar respuesta a las siguientes cuestiones:
-¿Cuál es el problema a resolver en a) y en b)? ¿En qué se diferencian básicamente dichos problemas?
a) El problema es la técnica.
b) Son varios problemas. La autoestima de Juan, la mala educación de María, la mala planificación de Marta, los padres, la sociedad…
-Describid el proceso que habéis seguido a la hora de resolver ambos problemas. ¿Qué hay que saber para resolver a)? ¿Y para resolver b)? ¿Qué resultados son esperables?
a) En este caso hay que tener conocimientos sobre técnica de atletismo. El resultado esperado es que mejore.
b) Hay muchos posibles problemas y, por lo tanto, muchas posibles formas de actuar.
¿Se os ocurre algún tipo de problema relacionado con la enseñanza de la educación física que pueda equipararse al que se plantea en estos? Poned ejemplos.
a) Mal lanzamiento a canasta.
b) Compañeros que se burlan de otro por no saber jugar a futbol.
-¿Cuál de los dos problemas refleja el tipo de situaciones que se dan con mayor frecuencia en las clases de educación física? ¿Cuál de las maneras de pensar es más parecida a la que se da en la práctica curricular de la educación física, la que se da para resolver a), b), ambas u otras?
Los dos problemas son habituales en las clases de E.F. La práctica curricular se encarga de los problemas del tipo “b”.
-Conclusiones:
Problema a) En esta sutiación causa y efecto se relacionan fácil. La causa es una mala carrera y el efecto un mal talonamiento. La solución también es fácil de encontrar: realizar ejercicios técnicos de asimilación.
Problema b) Hay muchos problemas. No hay un conocimiento objetivo que solucione el problema. Este problema no se puede definir antes de que pase. Hay muchas posibles soluciones, pueden soluciones erróneas o parciales. No hay una única solución. Como dijo Schön (1992:20) “Hay zonas indeterminadas de la práctica –tal es el caso de la incertidumbre, la singularidad y el conflicto de valores- que escapan a los cánones de la racionalidad técnica.”
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